En los últimos años el modelo estético de los cuerpos sin grasa y musculosos ha estimulado el consumo de alimentos y bebidas light, en esencia, productos bajos en calorías. Para conseguirlos, desde la industria se ha fomentado la investigación de aditivos alimentarios capaces de mantener el sabor o las características organolépticas de los productos originales pero con una aportación calórica muy inferior.
Uno de los grupos de productos que más se han desarrollado en los últimos años son los llamados edulcorantes artificiales, aditivos alimentarios que persiguen imitar la capacidad de endulzar del azúcar sin aportar las calorías de éste. El consumo cada vez más frecuente de éste tipo de substancias, sin embargo, ha suscitado más de una polémica. Las principales son si su consumo regular puede afectar la salud humana, qué edulcorante es el más adecuado o cual es la cantidad máxima que podemos tomar.
Para su uso en la industria alimentaria, los edulcorantes deben cumplir una serie de requisitos. Entre otros, deben ser absolutamente inocuos, su sabor dulce debe percibirse rápidamente y desaparecer también rápidamente, además de ser muy parecido al del azúcar común, sin regustos, y resistir las condiciones del alimento en el que se va a utilizar, así como los tratamientos a los que se vaya a someter.
La sacarosa, que es el azúcar vulgar y corriente de uso doméstico, ha sido tomada como sustancia estándar para clasificar el poder endulzante de los edulcorantes. Así, el aspartamo, uno de los edulcorantes más utilizados, tiene un poder endulzante de entre 100 y 200, la sacarina se sitúa entre 200 y 500 y la dihidrochalcona, uno de los más potentes, es de entre 1500 y 1.800.
EFECTO SOBRE LA SALUD
El efecto a largo plazo del consumo diario de edulcorantes continúa siendo objeto de investigaciones médicas en todo el mundo desde hace, por lo menos, 25 años. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Food and Drug Administration norteamericana (FDA), fundamentándose en el resultado de diversas investigaciones, avalan los beneficios de los endulzantes artificiales no calóricos para determinados grupos de población. Concretamente, en diversos estudios señalan que su consumo no entraña riesgos en niños, mujeres embarazadas o en período de lactancia, diabéticos y personas que deben controlar su peso o mantenerlo.
¿REALMENTE NO CONTIENEN AZÚCAR?
Algunos productos contienen algunos carbohidratos, en algunos casos como relleno (suele ser dextrosa). Por ejemplo, un paquete de Splenda proporciona más o menos el mismo dulzor que dos cucharaditas de azúcar, lo que equivale a 8 gramos de azúcar. El paquete contiene unos 0,9 gramos de carbohidratos como glucosa (dextrosa).
El xylitol y el maltitol reflejan crean una respuesta en la glucosa y la insulina en sangre, aunque reducida.
TIP: Si estás intentando mantenerte en cetosis, evita los edulcorantes que contengan azúcar aunque sean en cantidades minimas, asi como xilitol y malitol. Utiliza principalmente stevia o eritritol si necesitas edulcorantes, aunque todavía no se conoce completamente su impacto sobre la salud a largo plazo.
Cuidado con la trampa de los edulcorantes
Tomar alimentos y bebidas con sabor dulce puede promover los antojos de dulces. Lejos de frenar la ansiedad por lo dulce, los edulcorantes la nutren y la mantienen. También es posible que ralenticen o detengan la pérdida de peso o que incluso provoquen un aumento de peso en la dieta cetogénica, pueden desencadenar una recaída a una dieta no cetogénica.
Es posible que los edulcorantes sin calorías en los refrescos contribuyan al aumento de peso a largo plazo y a problemas metabólicos.
Todos los sabores dulces, ya sea con azúcar real o con sustitutos del mismo, actúan sobre los mismos receptores dulces de la lengua y activan vías similares de recompensa neural en el cerebro que, según los investigadores, “perpetúan la ingesta”, manteniendo así adicciones al azúcar y antojos.
Por todas estas razones en Sintergia recomendamos que las personas que sigan una dieta cetogénica no consuman edulcorantes si es posible. y las que siguen una dieta normal que los consuman con precaución y moderación.
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La stevia proviene de la planta Stevia rebaudiana, que es originaria de América del Sur. Los glucósidos de esteviol extraídos de la planta son los responsables de su sabor dulce.
El uso comercial de las hojas naturales no está permitido en los Estados Unidos. En la actualidad los componentes dulces activos llamados glucósidos de esteviol se extraen y se refinan en un proceso industrial de varias etapas para cumplir con los requisitos reguladores europeos y estadounidenses. La FDA, a pesar de no aprobar las hojas no refinadas, ha decidido que el extracto refinado se califique como “Generalmente considerado seguro” (GRAS o Generally Regarded as Safe en inglés).”
Dulzor: 200-350 veces más dulces que el azúcar de mesa.
Productos: la estevia puede comprarse como un líquido, en polvo o granulada. Ten en cuenta que la stevia granulada contiene dextrosa. Algunos productos de stevia granulada, como Truvia, también contienen eritritol y otros rellenos.
PROS
·No tiene calorías ni carbohidratos.
·No eleva el azúcar en sangre o los niveles de insulina.
·Todo indica que es segura y que su potencial de toxicidad es bajo.
· La stevia es muy dulce: de 200 a 350 veces la dulzura del azúcar y es suficiente con usar solo un poquito.
CONTRAS
· A pesar de ser intensamente dulce, no sabe a azúcar.
· Muchas personas piensan que la stevia deja un regusto amargo en la boca.
· Es difícil cocinar con stevia y lograr resultados similares al azúcar; no puede intercambiarse en las recetas.
· No existen datos suficientes sobre la stevia como para confirmar el verdadero impacto en la salud de consumidores frecuentes.
El eritritol, hecho de harina de maíz o maíz fermentado, es un polialcohol que se produce de forma natural en pequeñas cantidades en frutas y hongos como uvas, melones y champiñones. Solo se absorbe y digiere de forma parcial por el tracto intestinal, lo que puede provocar malestar gastrointestinal en algunas personas.
Dulzura: 70 % del dulzor del azúcar de mesa.
Productos: Eritritol granulado o combinación de eritritol y stevia.
PROS
· No tiene calorías ni carbohidratos.
· No aumenta el azúcar en sangre o los niveles de insulina.
· La composición activa pasa a la orina sin ser utilizada por el cuerpo.
· En su forma granulada es fácil utilizarla para reemplazar azúcar real en las recetas.
· Podría prevenir la placa dental y las caries en comparación con otros edulcorantes.
CONTRAS
· No provoca la misma sensación bucal que el azúcar; deja una ligera sensación fría en la lengua.
· Puede provocar inflamación, gases y diarrea en algunas personas (aunque no tanto como otros polialcoholes).
A pesar de que proviene de una fruta verde y redonda que ha crecido durante siglos en el Sudeste asiático, el fruto del monje es un sustituto del azúcar relativamente nuevo en el mercado. También conocido como luo han guo, el fruto del monje suele secarse para utilizarse en tés de hierbas, sopas y caldos en la medicina asiática. En el norte de Tailandia y el sur de China los monjes eran los encargados de cultivarla, de ahí el nombre popular que ha recibido.
El fruto en sí contiene fructosa y sacarosa, pero el intenso dulzor del fruto del monje, unas 250 veces más intenso que el azúcar) proviene de componentes no calóricos llamados mogrósidos, que pueden sustituir el azúcar. En 1995, Procter & Gamble patentó un método de extraccción por solvente de los mogrósidos del fruto del monje.
Pese a que la FDA en los Estados Unidos no ha regulado el fruto del monje como “Generalmente considerado seguro” (GRAS o Generally Regarded as Safe en inglés), ha comunicado de forma pública que acepta la denominación de GRAS por parte de los fabricantes. Durante los últimos años, más de 500 productos de fruto del monje se han lanzado al mercado en los Estados Unidos. El fruto del monje todavía no ha sido aceptado por la Unión Europea, pero la aprobación sigue pendiente.
Dulzor: 250 veces más dulce que el azúcar.
Productos: mezclas granuladas con eritritol y estevia, gotas líquidas puras o gotas líquidas con estevia; también se utilizan en productos de sustitución como jarabe de arce artificial o sirope de chocolate edulcorados con fruto del monje.
PROS
·No eleva el azúcar en sangre o los niveles de insulina.
Sabe un poco mejor y deja un regusto menos amargo que la estevia. De hecho, suele mezclarse con estevia para reducir costos y disimular el regusto que deja la estevia.
También se mezcla con eritritol para reducir gastos y mejorar su uso en la repostería.
No provoca molestias digestivas.
CONTRAS
· Es caro
· Suele mezclarse con otros “rellenos” como inulina, fibras prebióticas y otros ingredientes no revelados.
· Desconfía de las etiquetas que dicen “mezcla de hierbas”, ya que es posible que contengan pocos ingredientes de mogrósidos activos.
Las mejores elecciones: eritritol granulado orgánico o mezclas de estevia y eritritol.
¿Sabías que algunos productos cuyos envases les identifican como edulcorantes con “cero calorías” tienen casi un 100% de carbohidratos?
Ten cuidado con las marcas “Stevia in the Raw”, “Equal”, “Sweet’n Low” y “Splenda”. Los envases dicen “cero calorías”, pero eso no es verdad.
La FDA permite que productos con menos de 1 gramo de carbohidratos y menos de 4 calorías por porción se etiqueten como “cero calorías”. Los fabricantes, muy astutos, empaquetan alrededor de 0,9 gramos de carbohidratos puros (glucosa/dextrosa) mezclados con una pequeña dosis de un edulcorante artificial más potente.
Las etiquetas atraen a los consumidores y satisfacen a las autoridades. Sin embargo, los paquetes contienen, en realidad, 4 calorías cada uno y casi un gramo de carbohidratos. En una dieta cetogénica esto se multiplica rápidamente. Que no te engañen: no consumas estos productos.
Aunque solo sea por su marketing engañoso, no los compres. Algunos edulcorantes artificiales, como el aspartamo y la sucralosa, provocan problemas en la salud
Tus papilas gustativas pueden tardar en adaptarse pero, con el tiempo, llegarás a apreciar la dulzura sutil de los alimentos naturales y sin procesar.
Nutrióloga Lucy Cruz